Con 106 años de edad y 83 como bróker, este discípulo de Benjamin Graham es el corredor de Bolsa más viejo de la historia de los mercados bursátiles y, por el momento, no tiene intenciones en bajar el telón de su vida financiera-
Hoy por hoy muchos inversores y asesores financieros dicen "soy discípulo de Benjamin Graham". Sobre todo en estos tiempos de volatilidades, el nombre del padre del value investing ha vuelto a la primera línea de quienes buscan rentabilidad evitando el riesgo que tantos problemas terminó generando a través del uso de derivados financieros sin control.
La receta parece muy simple: encontrar una empresa con fundamentos sólidos considerando ingresos, dividendos, valor en libros y flujo de caja, y ver que sus acciones se puedan estar vendiendo a un precio muy bajo, considerando su calidad. Fue diseñado por Graham a principios de los 30.
La receta parece muy simple: encontrar una empresa con fundamentos sólidos considerando ingresos, dividendos, valor en libros y flujo de caja, y ver que sus acciones se puedan estar vendiendo a un precio muy bajo, considerando su calidad. Fue diseñado por Graham a principios de los 30.
Pero volvamos, porque nadie, excepto uno, puede decir que estuvo desde el principio. Irving Kahn fue de los primeros ayudantes del autor de El inversor inteligente en Columbia (un puesto que luego sería ocupado por un joven Warren Buffett), momento en que abrazó una filosofía de inversión que no dejaría ir hasta hoy.
Más de un siglo de vida parece haberle dado la razón, ya que mientras hoy muchos brokers jóvenes se rompen la cabeza mientras hacen trading con el apoyo de sofisticados programas computacionales, el viejo Kahn sigue, tranquilo, analizando los fundamentales de las empresas para invertir a largo plazo.
Luego compra. Y espera.
Porque las cosas parece que antes eran así. Por ejemplo, ¿sabe usted cómo se fundó el Financial Analyst's Journal? A fines de los años 30 se juntaba a almorzar diariamente con una serie de amigos analistas, muchos de ellos -tal como él- parte de la primera camada de CFAs. Se dieron cuenta de que podían transmitir muchos de sus debates. Y entonces crearon un diario.
Como podría esperarse, su cartera es casi a prueba de balas. Con acciones en sectores como farmacéutico, consumo (alimentos, ropa), energía, industria, medios y telecomunicaciones, se mantiene firme a una determinación tomada hace más de 80 años: "Me cansé de perder el tiempo con las acciones que estaban de moda y comencé a mirar los números de las empresas".
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