Hay compañias que terminan enfrentando su propia venta, ya sea total o de parte de la propiedad, ahí comienzan los problemas de sucesión al interior de estas compañías o que exista una gran empresa tras sus activos, también son otras causas por las cuales alguien vende.
Hay tareas que deberían cumplir las compañías familiares o PYMES previamente a ser adquiridas.
Armar equipo legal : Es prudente que, desde un comienzo, la asesora financiera defina junto a los dueños de la empresa, un equipo de juristas externos de primer nivel que vean los aspectos legales de la venta.
Valorización de activos: Es usual que los accionistas de una compañía familiar crean que sus empresas cuestan más de lo que realmente valen, porque se mezclan aspectos como la marca y la experiencia en el mercado. Pero eso último, por lo general no se traspasa al comprador, pues las empresas grandes -que las adquieren- tienen culturas internas diferentes. Por ello, señala, la valorización de activos debe ser bien detallada para maximizar la venta.
Reestructurar pasivos: La compañía en venta debería renegociar sus deudas a largo plazo, para llegar con las cuentas ordenadas ante los compradores.
Detallar contratos con terceros: Según Banmerchant, han visto casos en que el 80% del valor de una empresa depende de un único contrato con un tercero (cliente). Wilhelm señala que éste se debe intentar prorrogar por muchos años, antes de vender la firma, para elevar el valor.
Aclarar si existen litigios: La información de juicio o arbitrajes debe ser puesta sobre la mesa desde que comienza la negociación. De lo contrario, puede fracasar la venta. Y si el comprador descubre un litigio una vez cerrada la operación, puede desembocar en otro juicio.
Velar por la marca y empleados: Si quien vende quiere mantener la marca y evitar que se despida de forma masiva a sus trabajadores tras la venta, debe luchar porque estos temas queden claramente establecidos en cláusulas del contrato.
Restricciones a quien vende: Los compradores muchas veces ponen estipulaciones que impiden a quien vende desarrollar -por un plazo determinado- actividades similares al rubro del cual se está saliendo con la venta. Wilhelm aclara que esa disposición se valoriza y negocia. "Es una prima adicional y depende de cuántos años implique la restricción", dice.
Separar objetos con valor sentimental: Quienes venden, muchas veces se percatan, tras cerrar el negocio, que incluyeron en los activos enajenados el vehículo de la empresa o los mobiliarios que pertenecían a la familia, lo que les genera problemas evitables. Por ello, lo mejor es separar societariamente esos bienes, antes de la transacción.
Asesorarse para el día después: El empresario que vende su empresa, en ocasiones sigue colaborando por un período breve con el comprador, lo que es remunerado. Pero su futuro estará ligado a los recursos que obtuvo de la operación. Debería prepararle alternativas de inversión sobre la base de su perfil, es decir, si es más conservador o si toma riesgos.
Hay tareas que deberían cumplir las compañías familiares o PYMES previamente a ser adquiridas.
Armar equipo legal : Es prudente que, desde un comienzo, la asesora financiera defina junto a los dueños de la empresa, un equipo de juristas externos de primer nivel que vean los aspectos legales de la venta.
Valorización de activos: Es usual que los accionistas de una compañía familiar crean que sus empresas cuestan más de lo que realmente valen, porque se mezclan aspectos como la marca y la experiencia en el mercado. Pero eso último, por lo general no se traspasa al comprador, pues las empresas grandes -que las adquieren- tienen culturas internas diferentes. Por ello, señala, la valorización de activos debe ser bien detallada para maximizar la venta.
Reestructurar pasivos: La compañía en venta debería renegociar sus deudas a largo plazo, para llegar con las cuentas ordenadas ante los compradores.
Detallar contratos con terceros: Según Banmerchant, han visto casos en que el 80% del valor de una empresa depende de un único contrato con un tercero (cliente). Wilhelm señala que éste se debe intentar prorrogar por muchos años, antes de vender la firma, para elevar el valor.
Aclarar si existen litigios: La información de juicio o arbitrajes debe ser puesta sobre la mesa desde que comienza la negociación. De lo contrario, puede fracasar la venta. Y si el comprador descubre un litigio una vez cerrada la operación, puede desembocar en otro juicio.
Velar por la marca y empleados: Si quien vende quiere mantener la marca y evitar que se despida de forma masiva a sus trabajadores tras la venta, debe luchar porque estos temas queden claramente establecidos en cláusulas del contrato.
Restricciones a quien vende: Los compradores muchas veces ponen estipulaciones que impiden a quien vende desarrollar -por un plazo determinado- actividades similares al rubro del cual se está saliendo con la venta. Wilhelm aclara que esa disposición se valoriza y negocia. "Es una prima adicional y depende de cuántos años implique la restricción", dice.
Separar objetos con valor sentimental: Quienes venden, muchas veces se percatan, tras cerrar el negocio, que incluyeron en los activos enajenados el vehículo de la empresa o los mobiliarios que pertenecían a la familia, lo que les genera problemas evitables. Por ello, lo mejor es separar societariamente esos bienes, antes de la transacción.
Asesorarse para el día después: El empresario que vende su empresa, en ocasiones sigue colaborando por un período breve con el comprador, lo que es remunerado. Pero su futuro estará ligado a los recursos que obtuvo de la operación. Debería prepararle alternativas de inversión sobre la base de su perfil, es decir, si es más conservador o si toma riesgos.
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