El Índice General de Expectativas Económicas de la Universidad Católica Argentina y TNS-Gallup que se difundirá en los próximos días mostró en enero un retroceso del 0,5%. El nivel es 15,4% más bajo que el récord de expectativas favorables que en 2011 coincidió con la reelección de Cristina Kirchner, 10,7% menor que la de enero de 2012, pero 36,8% mejores que las del récord de pesimismo de abril de 2009, en el año de la derrota electoral del oficialismo.
En enero, el humor sobre la economía se movió de manera diversa. La evaluación de la situación actual cayó 0,3% y mucho más retrocedió la valoración del momento para comprar electrodomésticos, con 3,2%. Pero tales aumentos en el pesimismo sobre el presente fueron en gran medida compensados por una mejora del 1,9% en las expectativas sobre lo que ocurrirá en los próximos seis meses.
En los 15 meses posteriores a la reelección de la Presidenta las expectativas cayeron respecto del anterior en 10 meses, se mantuvieron estancadas en tres y sólo tuvieron leves subas en dos. Todo ello parece corresponderse con las medidas que comenzó a tomar la actual administración pocos días después de la reelección y que incluyeron las restricciones y prohibiciones a las importaciones, la intensificación del control de cambios, el cepo cambiario, el retiro de subsidios y el consecuente aumento de tarifas. Todo lo cual convivió con una brutal desaceleración económica y una persistentemente alta inflación.
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