En los últimos años, y con un llamativo bajo perfil, varias de las más tradicionales líneas de colectivos de la ciudad pasaron a manos de grupos del interior. Desde la 19, que fue adquirida por una empresa correntina, hasta el ramal 90, que tiene nuevo dueño misionero, pasando por un clásico como la 60, que sumó entre sus nuevos accionistas a Rosario Bus.
El último jugador del interior en poner un pie en la Capital Federal fue el grupo correntino ERSA. La firma fundada por el correntino Juan Carlos Romero ya operaba una docena de líneas en las principales ciudades del noroeste del país -Corrientes, Resistencia, Santiago del Estero y Santa Fe- y su último paso fue la adquisición de Micro Omnibus Saavedra, la sociedad que opera la línea 19, que une Plaza Once con la localidad de Carapachay, en el norte del conurbano.
Con la compra de la 19, ERSA no está haciendo otra cosa que seguir los pasos de otra compañía mesopotámica como Casimiro Zbikoski. La firma controlada por la familia Zbikoski fue la pionera en lanzarse en esta cruzada federal cuando, en la década del 90, se alzó con el control de La Nueva Metropol, la empresa que opera la línea 65 (Constitución-Barrancas de Belgrano). A partir de esa primera adquisición, los misioneros fueron sumando otras líneas del área metropolitana, como la 194, la 195, la 151, la 228 y la 365. Su más reciente compra fue el ramal 90, que hace unos años ya había sido absorbida por la firma Expreso San Isidro, que opera la 168 (La Boca-San Isidro) y desde hace unas semanas volvió a independizarse desde el punto de vista accionario, manteniendo el recorrido Constitución-Griveo.
La lista de jugadores del interior con presencia porteña se completa con el grupo Rosario Bus, controlado por la familia Bermúdez. Hace cinco años la empresa inició su arribo porteño con la compra de Azul SATA (la firma dueña de la línea 41), que conservó la razón social, pero cambió el color de sus colectivos, que pasaron a recorrer la ruta Once-Munro con unidades pintadas de amarillo. De amarillo también están pintados los colectivos de la línea 60, en la que Rosario Bus también puso su pie como socio del grupo accionario que controla la empresa Monsa, junto con el grupo porteño DOTA y la sociedad Micro Omnibus Tigre (línea 720).
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